lunes, 30 de noviembre de 2009

Zuuuuuuuuuuuuum

Ha sido uno de esos fines de semana que te dejan muy buen sabor de boca pero pasan como una exhalación. El viernes por la tarde salí pronto del trabajo y fui a revisar la bici plegable y, mientras me la miraban, compré una mochila para llevar el portátil, que se cuelga en la parte trasera del sillín, y una funda para protegerlo. Por la noche, cafetito terapéutico y cena con los de Castefa. El sábado por la mañana volví a coger la bici de montaña con los Lalalá después de mucho tiempo y me encontré muy bien con ella, incluso sobrado de fuerzas en algún momento. Por la tarde hice una horita de bodypump subiendo peso. Ya vuelvo a bombear con todos los discos que tengo y parece que el lumbago quedó atrás definitivamente. Por la noche fui al cine a ver Celda 211, que me gustó mucho, y a cenar. Y después otro cafetito (creo que empiezo a tener un problema) y otra de esas charlas tan gratificantes. ¿Será por la charla o por la compañía? Ayer en casita, aprovechando una tarde de domingo lluviosa como mejor se aprovechan: viendo una buena película acurrucado en el sofá y tapado hasta las orejas con una mantita. Se ve que jugaban el Barça y el Madrid... ¿Cómo puedes no ver un partido así? Igual no me gusta el fútbol tanto como a ti. O igual tenía cosas mejores que hacer que ver a veintidos tíos corriendo detrás de una pelotita. Por cierto, el portátil ni tocarlo...

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Sorpresa

Reconozco que no estoy acostumbrado y, cuando la gente actúa como yo espero que actúe, me emociono.

Hoy, volviendo de una reunión, me he encontrado con la tía de una ex mía (o debería decir "con la tía de mi ex", porque ha sido la que más me ha aguantado) y hemos estado hablando unos minutillos. "Te echamos de menos", ha dicho con los ojos llenos de lágrimas, "siento lo de tu padre". He llegado a la oficina aún con la impresión de que había perdido mucho al dejar de ver a esta mujer y con esa sensación ambigua entre la tristeza y la alegría. Ahora me sabe mal no haberle demostrado en su momento lo que intenté demostrar a otros que esperaban más y merecían mucho menos.

Ayer había quedado y el amigo Murphy hizo que todos los planetas se alineasen para que no pudiese salir a la hora. La avisé. "No te preocupes, te espero mirando tiendas", me contestó. Y, a los cinco minutos, un mensajito. "Espera, ¿quieres que me acerque a L'Illa yo?". Sí, ya sé que es lo que debería ser pero no es lo que ha sido. Y me sorprende.

domingo, 22 de noviembre de 2009

sábado, 21 de noviembre de 2009

Control

Son las 8:11h del sábado. Ayer me acosté pasadas las dos y ya me he despertado, pero por una vez no ha sido espontáneamente por insomnio sino agradablemente por el nokia tune de un mensajito que no era de mi amiga Movistar. Tengo sueño, pero no es nada que una buena siesta no arregle. Ha sido una semana muy exigente, con conflictos en el trabajo, trámites, viaje relámpago y situaciones de estrés incluidas y, aunque muchas cosas van mal y me está costando un poco poder con todo, estoy ilusionado. Y curiosamente, después de mucho tiempo, me parece que vuelvo a controlar la situación.

martes, 17 de noviembre de 2009

The Story of us

Es una de mis películas favoritas, llena de guiños de complicidad, y con una de esas escenas -cuando Bruce Willis le pregunta a su familia qué ha sido lo peor y lo mejor del día- que tanto me gustan y que no acierto a explicar por qué.

Lo peor: el tonto de turno que cree que hacer bien el trabajo es echarle la culpa a los demás de sus limitaciones y que convierte tu día, sin ningún tipo de remordimiento, en algo que querrías no haber vivido. Supongo que cree que ha ganado a los puntos. No se da cuenta de que es mejor un Luis colaborador que un Luis reactivo. No tardará en notarlo. El problema de tener tanto trabajo es que no puedes atender a todo el mundo con la atención con la que desearías hacerlo.

Lo mejor: esa sonrisa que casi me ha hecho olvidar lo peor del día. Parece mentira cómo puede cambiar el mundo según la perspectiva con la que lo mires...

domingo, 15 de noviembre de 2009

El último trámite

Un día duro. Demasiado. Demasiado duro e innecesariamente duro. Nunca entenderé porqué todo está montado siguiendo tantos convencionalismos y por qué no se tiene en cuenta el efecto que provoca sobre las personas. Me sorprende ver a mi madre desmoronarse, con lo fuerte que es, y ver cómo la mayoría de gente no entiende que es más importante mantenerse en segundo plano y hacer la situación más llevadera, que acercarse para demostrar que has cumplido con el protocolo. Soy Pepe, un vecino de tu padre.... Ya, y esperas que me acuerde, ¿no? ¿O esperas que le comente a mi madre que has venido? Supongo que quedé una vez más como el antisocial convencido que supongo que soy al llevármela de allí en cuanto acabó la misa. O igual no soy antisocial y simplemente tengo algo de criterio. No podemos irnos tan pronto, Carlos, que la gente lo hace porque nos quiere. Sí, sí, pero vamos, vamos... Tampoco avisé a ninguno de mis amigos. ¿Para qué? Ya me habían demostrado todo lo que me tenían que demostrar. Me conocen, saben de mis radicalidad en según que temas y no se enfadarán conmigo. Y si se enfadan... si se enfadan igual no son mis amigos. O igual no deberían serlo. El día de ayer sólo hubiese sido una obligación para ellos y a mi me hubiese hecho estar un poquito menos por mi madre. ¿Quedar bien o estar bien? La decisión está clara.

jueves, 12 de noviembre de 2009

¿Qué es el destino?

¿El convencimiento de que hay un ente superior que alinea los planetas para que su influjo haga que pase lo que tenía que pasar? No había vivido demasiadas casualidades como la de aquel día: volvía a casa ensimismado en sus pensamientos, imaginándose la posibilidad con una media sonrisa en los labios, y escucho estupefacto como le llamaba desde detrás suyo. Y lo mejor su reacción al verlo: nerviosa, espontánea, tímida, pasional... No, definitivamente no eran imaginaciones suyas. Y si lo eran, que no se acabasen nunca. Tenía que tener algún defecto, y lo buscaba insistentemente, casi de manera obsesiva, pero no lo encontraba. Estoy flipando, le decía ella. Pues anda que yo...

domingo, 8 de noviembre de 2009

Cállate y conduce

Después de despertarme a las 7:30 sorprendentemente bien, sin fiebre ni dolor de estómago ni ninguno de los síntomas de la inoportuna gripe de ayer, y después de adelantar un par de horas el trabajo de mañana, pringadus habemus, me he dispuesto a hacer la clase de bodypump 69 -buen presagio- y he llegado hasta esta canción, en la que me he quedado clavado por un ataque de lumbalgia. Ahora estoy postrado en la cama, con la esterilla caliente en los riñones. Si es que ya no tengo edad para según qué alardes. Eso sí, la canción, la niña y la interpretación, de traca... ¡Qué arte para sujetarse el trapo en el pantalón! Si mi mecánico fuese así no me importaría tanto visitarlo de vez en cuando. ¿Que me calle y conduzca? ¿Cómo voy a negarme?


So when you are ready let me knoooow, knooow, knooow
come on and what you are waiting foooor, fooor, fooor
my head is ready to explooooode, explooode, explooode
so start me up and watch me go, go, go, gooo, gooooo

sábado, 7 de noviembre de 2009

No me lo puedo creer

No recuerdo la última vez que tuve gripe. Y precisamente hoy. En momentos así vale la pena recordar que las cosas no están tan mal como parecen (o que por lo menos podrían estar peor) y tomárselo con un poquito de humor, ¿no?


viernes, 6 de noviembre de 2009

Contradicción

¿Cómo puedo estar tan decaído y tan contento al mismo tiempo? ¿Es lógico estar tan cansado y meterme una hora de bodypump con todas las pesas de las que dispongo? ¿Y por qué aguanto hasta tan tarde sin dormir? Es absurdo incluso para mi. Nunca se me había olvidado una cena el día siguiente de haber quedado. El señor Planificación nunca olvida. Nunca. Eso debería pasarme dentro de veinte años por lo menos, pero no ahora. ¿Y por qué un mensaje infantil me eleva hasta el cielo? Venga de quien venga, es igual, que son treinta y seis tacos... Y sobretodo, ¿por qué estoy tan irritable? Me irrita estar irritable. Creo que los gemelos atacan estos días más de la cuenta. Y son dos contra uno. Y golpean dos veces, por lo menos...