Hoy por primera vez en mi vida me he sentido traicionado. Pero traicionado en mayúsculas. Tan traicionado que me cuesta creer que sea verdad. Es algo que pasó ya hace mucho tiempo y de lo que sólo tenía alguna pruebecilla no concluyente, pero no quería ni considerar la posibilidad de que fuese cierto. De hecho, supongo que me negaba a creerlo para mantener mi estabilidad emocional. La persona en cuestión me lo negó mil veces, y aún hoy sigue teniendo la desfachatez de decir que es mi amigo. Supongo que es el atrevemiento de la ignorancia. No entra en su cabeza que pueda saberlo. Y yo que soy un poco cabroncete, he derivado varias veces nuestras conversaciones hacia temas que le daban la oportunidad de confesarse, se lo he puesto a huevo, vamos, pero no ha entrado al trapo. Y todo esto durante meses, porque no lo sabía, pero lo sospechaba. Ahora que sé que mis dudas eran más que fundadas, creo que hubiera preferido no ser tan curioso y, seguir dudando en vez de saber la verdad con certeza.
¿Cómo?
Digamos que lo averigüé por medios poco confesables, y dudosamente éticos. Lo mejor de todo es que ahora ya no es una cuestión de interpretación. No es que nadie me lo haya dicho o lo esté imaginando. Simplemente, lo he podido comprobar personalmente.
¿Por qué ahora ?
Casualidades de la vida. La semana pasada un amigo me explicó una anécdota que no tenía nada que ver con estas líneas, pero que me dió una idea sobre cómo descubrir si mis fantasmas eran reales o fruto de mi imaginación. Y funcionó, vaya si funciono... A veces me asusta la cantidad de información que se puede encontrar sólo con google y un poquito de ingeniería social. Creo que la LOPD tiene mucho camino que recorrer...
¿Quien?
Poco importa, pero es una de esas pocas -poquísimas- personas por las que hubiera puesto la mano en el fuego. Si no fuese así no llevaría todo el día dándole vueltas... y no hubiese escrito esta entrada sin sentido en el blog. Un amigo menos. Jo*er, no voy sobrado de amigos, pero para estas cosas soy un poco radical. Un amigo que te miente... ¿sigue siendo un amigo?
"¡¡ Venganzaaaaaa !!", gritaría un amigo mío que es un poco friqui, fanático de las películas de acción en general, y de El Último Mohicano en particular. ¿Para qué? pregunto yo. Simplemente actúa en consecuencia. No hay nada peor que una persona que odias (igual "odiar" es una palabra demasiado "grande") que sabe que la odias. Si te ha traicionado no debe tener demasiados escrúpulos. Y si te la ha jugado una vez, lo puede volver a hacer. Lo mejor es apartarse de su camino y ya está. Acaba de emerger mi yo racional. Como tantas otras veces, intentaré guardarme mis sentimientos para mí y la herida acabará cicatrizando. La persona en cuestión no lo sabrá nunca.
La pregunta es "¿mejor saberlo o no saberlo?".
Mejor no saberlo, sin duda. Duele demasiado.
Cada vez veo más claro que necesito desaparecer un tiempo. Últimamente pienso demasiado en cosas que no debería, y eso nunca lleva a nada bueno. Suerte que mantengo mis emociones en un segundo plano... Suerte ...
Ah, y esta entrada tiene moraleja: no es inteligente despreciar la inteligencia de los demás. Incluso el más tonto puede tener un momento de lucidez y dejarte en evidencia. Y yo no soy el más listo, pero tengo mis momentos. Y suficiente mala leche para aprovecharlos. Qué cosas ....
¿Cómo?
Digamos que lo averigüé por medios poco confesables, y dudosamente éticos. Lo mejor de todo es que ahora ya no es una cuestión de interpretación. No es que nadie me lo haya dicho o lo esté imaginando. Simplemente, lo he podido comprobar personalmente.
¿Por qué ahora ?
Casualidades de la vida. La semana pasada un amigo me explicó una anécdota que no tenía nada que ver con estas líneas, pero que me dió una idea sobre cómo descubrir si mis fantasmas eran reales o fruto de mi imaginación. Y funcionó, vaya si funciono... A veces me asusta la cantidad de información que se puede encontrar sólo con google y un poquito de ingeniería social. Creo que la LOPD tiene mucho camino que recorrer...
¿Quien?
Poco importa, pero es una de esas pocas -poquísimas- personas por las que hubiera puesto la mano en el fuego. Si no fuese así no llevaría todo el día dándole vueltas... y no hubiese escrito esta entrada sin sentido en el blog. Un amigo menos. Jo*er, no voy sobrado de amigos, pero para estas cosas soy un poco radical. Un amigo que te miente... ¿sigue siendo un amigo?
"¡¡ Venganzaaaaaa !!", gritaría un amigo mío que es un poco friqui, fanático de las películas de acción en general, y de El Último Mohicano en particular. ¿Para qué? pregunto yo. Simplemente actúa en consecuencia. No hay nada peor que una persona que odias (igual "odiar" es una palabra demasiado "grande") que sabe que la odias. Si te ha traicionado no debe tener demasiados escrúpulos. Y si te la ha jugado una vez, lo puede volver a hacer. Lo mejor es apartarse de su camino y ya está. Acaba de emerger mi yo racional. Como tantas otras veces, intentaré guardarme mis sentimientos para mí y la herida acabará cicatrizando. La persona en cuestión no lo sabrá nunca.
La pregunta es "¿mejor saberlo o no saberlo?".
Mejor no saberlo, sin duda. Duele demasiado.
Cada vez veo más claro que necesito desaparecer un tiempo. Últimamente pienso demasiado en cosas que no debería, y eso nunca lleva a nada bueno. Suerte que mantengo mis emociones en un segundo plano... Suerte ...
Ah, y esta entrada tiene moraleja: no es inteligente despreciar la inteligencia de los demás. Incluso el más tonto puede tener un momento de lucidez y dejarte en evidencia. Y yo no soy el más listo, pero tengo mis momentos. Y suficiente mala leche para aprovecharlos. Qué cosas ....
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