lunes, 18 de enero de 2010

Me duele todo

Aprovechando que los planetas se alinearon y tenía más tiempo de lo habitual, este fin de semana volví a salir con la Juani. El sábado amaneció despejado y sin lluvia, novedad en las últimas semanas, así que hice cuarenta kilómetros por el Llobregat que se me hicieron más duros de lo que deberían haber sido. Se nota el periodo de inactividad. No contento, y aprovechando que aún tenía tiempo, hice cuarenta y cinto minutos de pesas. Al día siguiente había quedado con un amigo para ir a dar una vuelta por una Collserola húmeda por las lluvias de la última semana y las cuatro gotas que cayeron el domingo. Fueron cuarenta y nueve kilómetros embarrados que me dejaron para el arrastre. Jo, qué difícil es mover la bici cuando las ruedas se enganchan a la tierra mojada. Cansancio grato le llaman, pero cansancio al fin y al cabo. A ver si el tiempo mejora: tengo que volver a salir con la bici por salud y porque me lo agradecerán cuerpo y alma. Además estoy contento. Me gusta ver que no me he equivocado y que nada cambia si no tiene por qué cambiar.

1 comentario:

Yolanda dijo...

Venga, va, que no se diga, que ese Terminator de la bici no me puede estar echando lorcillas como un dominguero cualquiera. Caña al gato... o a la Toñi, que se te va a oxidar.