Bonito discurso. No es un discurso, estoy convencido. Pues bonita convicción. Al final las palabras no cuentan. Ya, pero casi me caigo de la silla.
sábado, 24 de octubre de 2009
Otra vez esa sensación de hormigueo constante en el estómago pero, por primera vez en mucho tiempo, por algo bueno. Los últimos días me han recordado esas películas tan enmarañadas donde todo se reconduce en los últimos cinco minutos para que el final sea perfecto. Estoy nervioso, pero esta vez me gusta estarlo. Será otro sábado por la noche que pasaré solo y en casa, y que acabará con otra sesión de bodypump para intentar aplacar los pensamientos recurrentes con ejercicio físico. "¿Es suficiente?" me preguntabas. De momento sí.
Cuando no lo tienes, lo quieres Cuando lo tienes, te falta algo Cuando consigues ese algo, ya no lo quieres Cuando no lo quieres, quieres quererlo Cuando no puedes quererlo, quieres dejarlo Cuando lo dejas, te duele
Ayer me acosté tarde, con los párpados pidiendo clemencia después de haber dormido cinco horas la noche anterior, de pasarme seis horas de aeropuertos y del decaimiento propio del final del estrés contenido, y con sus palabras aún martilleandome la cabeza. Estoy muy ilusionado, pero creo que se me está juntando con todo lo demás. Demasiados frentes abiertos, demasiadas cosas que quiero hacer y demasiadas que no me atrevo a hacer: tengo que eliminar grados de libertad del enunciado del problema si quiero que tenga solución. No tiene sentido estar tan cansado y despertarme a las cuatro horas. Como odio no poder dormir y que sea normal.
Y la respuesta sincera, aunque suponga justificar lo injustificable. No sé si cara a cara hubiese sido capaz, pero aún así estoy contento: si preguntas es porque quieres conocer la respuesta. ¿O es sólo por ponerme en un aprieto? Porque lo has logrado...
¿Sabes lo que se siente cuando el corazón te late deprisa, cuando notas las mariposas revoloteando en el estómago, cuando te das cuenta de que es algo más que tu imaginación, cuando no te lo puedes creer?
Este fin de semana he empezado fuerte con la bici y el bodypump. El tan traído y llevado cansar el cuerpo para descansar el alma. Sí, sí, ese mismo cuerpo que se empeña en no descansar. Hoy me tenía que levantar a las 7:30 para hacer los sesenta y cinco quilómetros del Besós, pero mi cuerpo ha dicho que tenía bastante de dormir a eso de las 6:30, después de despertarme cada veinte minutos durante toda la noche. Esa horita muerta me ha servido para seguir con mi ardua investigación, esta vez con éxito.
Por cierto, la pequeña maravilla del vídeo, del track de lunges de bodypump 62, que ni pintada...
When I look in your eyes I still go crazy That old flame comes alive It's starts burning inside Way deep down inside Oh baby You know when I look in your eyes I go crazy
Acabo de llegar a casa y, aunque es demasiado tarde, me apetece escribir un poco. Hoy -ya ayer- he ido a la boda de una amiga. Día de contrastes, día de emociones constantes. Y la primera en la frente: se me han llenado los ojos de lágrimas cuando su sonrisa ha mutado en expresión seria mientras me decía: "ven aquí a hacerte una foto conmigo, no sabes cuanto te lo agradezco, Carlos, de verdad". He llorado -cosa difícil- pensando en como sería este día en mi caso si algún día llegaba. Me he sorprendido bailando cuando no me apetecía bailar o cantando cuando no me apetecía cantar, y creo que lo necesitaba. Me he sentido incómodo ante las miradas desaprobadoras por la improcedencia de disfrutar cuando debería estar sufriendo. Se me ha puesto el corazón a mil como hacía tiempo que no se me ponía cuando esa preciosidad (you are so, you are so...) ha tonteado -o a mi me ha parecido que ha tonteado- conmigo. ¿Y qué me llevo de todo esto?. Muchas cosas: la certeza de que que era mucho más importante para mi de lo que yo creía, la tristeza porque no pueda ver algo que le hacía tanta ilusión, la confirmación de que lo que me sugería mi corazón es lo que quiero (o lo que no quiero), las mariposas en el estómago por algo que no es nada y que podría ser mucho, la sensación de liberación después de llorar... ¡Ah! Y la frase de Isa: "claro que has hecho bien, vive...".
¿Quién soy? Un tío muy normal, noblote, buena persona, seguro de sí mismo, difícil de convencer, hablador, géminis, de humor cambiante, demasiado calculador, muy sociable, irónico, un poco ingenuo aunque desconfiado al mismo tiempo, con una concepción de la amistad muy extremista, que espera demasiado de los demás, pero también dispuesto a dar más que los demás, pretendidamente racional y realmente emocional, que ve fantasmas por todos lados...
¿Por qué este blog? Porque buscaba una manera rápida de colgar fotos y no aburrirme haciéndolo... Poco a poco ha ido derivando hacia esta especie de diario: escribir mis preocupaciones me ayuda a relativizarlas y es una manera como otra cualquiera de satisfacer esa estúpida obsesión mía de racionalizarlo todo. En cualquier caso... ¿por qué no? Sólo se me ocurre una razón: la exposición al juicio de los demás. No me preocupa demasiado. Suelo tener opiniones poco convencionales y no por ello dejo de exponerlas. No intento convencer, sólo que se me entienda...
¿Que qué opino? Me opongo, claro. Si no sería demasiado aburrido. Si no estás de acuerdo con algo, dilo. Si te cansas de discutir conmigo, lo cual es bastante probable porque es difícil convencerme, deja de hacerlo, pero no me des la razón para que me calle. Y no intentes finalizar con un "estás equivocado", un "no tienes ni p**a idea" o un "yo sé mucho más que tú de esto". Sí, has conseguido que me calle (o no, depende del día) pero probablemente habré marcado la check box de persona no razonable al lado de tu nombre y no volveré a discutir contigo.
Frases que me gustan No hay preguntas tontas. Lo tonto sería no hacerlas. No dejes nunca al que te ama por aquel que te gusta porque ese que te gusta te dejará por ese que ama.Mas vale parecer tonto y estar callado que abrir la boca y despejar toda duda... Si tienes solución no te preocupes, y si no la tiene ¿para qué preocuparse? Contra hechos no caben argumentos. No lo desees demasiado, igual lo consigues. ¡Todo es mentira!Dios, dame paciencia, porque como me des fuerza, como me des fuerza... ¡Caña al gato hasta que hable inglés! Sólo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana... y no estoy seguro de lo primero. El precio correcto es aquel en el que el comprador recupera la inversión y el vendedor obtiene fondos para adquirir activos similares al que vende. No puedo evitarlo, es mi naturaleza. ¡Cuánto gilipollas y qué pocas balas!