domingo, 18 de octubre de 2009

Cuatro horas

Ayer me acosté tarde, con los párpados pidiendo clemencia después de haber dormido cinco horas la noche anterior, de pasarme seis horas de aeropuertos y del decaimiento propio del final del estrés contenido, y con sus palabras aún martilleandome la cabeza. Estoy muy ilusionado, pero creo que se me está juntando con todo lo demás. Demasiados frentes abiertos, demasiadas cosas que quiero hacer y demasiadas que no me atrevo a hacer: tengo que eliminar grados de libertad del enunciado del problema si quiero que tenga solución. No tiene sentido estar tan cansado y despertarme a las cuatro horas. Como odio no poder dormir y que sea normal.

1 comentario:

Yolanda dijo...

¿Demasiados frentes? No se, quizá sólo sea uno pero te abarca todo el horizonte. Si te acercas un poco, lo mismo se te aclara lo suficiente. Ya sabes: da un pasito adelante, haz lo que te grita el corazón y lo que te pide el cuerpo. A lo mejor el horizonte se llena de arco iris. Y perdón por la cursilada, macho man.