martes, 10 de marzo de 2009

El bastardo recalcitrante

El segundo libro -el otro fue La Conjura de los necios- con el que me he reído solo. No había leído nada de Tom Sharpe, y no sé si es su mejor obra o si este es su nivel habitual, pero me ha parecido soberbio.

El bastardo recalcitrante es la historia de un hijo ilegítimo cuya madre no desveló la identidad del padre, que vive con su abuelo, y de sus aventuras con sus respectivas mujeres, madre e hija, la herencia y los inspectores de hacienda. La trama creo que es lo de menos: escrito con gran precisión, con un humor hiriente y salvaje, Sharpe ha conseguido que me sonroje en el autobús al notar la mirada de incomprensión de la chica de enfrente ante mi risa. Ahora no toca reír. Es lunes por la mañana. Toca cara de mala leche y sueño. Leeré algo más suyo. Dicen que Wilt es muy bueno...

Mi siguiente objetivo tiene pinta de tostón: "España, una historia única", de Stanley G. Payne, pero si pude con "Garzón, el hombre que veía amanecer", de Pilar Urbano... ¿por qué no?

1 comentario:

Yolanda dijo...

Este aún no ha caído en mis garras,pero he leído un par del mismo autor y me lo paso pipa. Si te quieres reir a mandíbula batiente en autobús, metro o cualquier tranporte público, te recomiendo "El florido pensil". Por cierto que el Stanley ese que te vas a leer tiene a Garzón enfilado. Lo menos que le ha llamado ha sido ególatra y prepotente. Además tiene una visión de la 2ª República menos "romántica" de lo habitual. El Pepiño Blanco le tiene enfilado a él, seguro. Ya me contarás.