lunes, 6 de abril de 2009

Pabernos matao

El fin de semana me ha pasado por encima como una apisonadora. Desde el viernes por la tarde no he parado. Amigos y deporte. Hoy tengo esa sensación de cansancio grato que tanto me gusta. Me encanta notar los hombros cargados, las agujetas en los dorsales y los pinchacitos en el pecho al estirar los brazos hacia atrás. Ayer me fui a dormir a las once. No dormí demasiado. Ese último café me descolocó sobremanera. Razones que la razón no entiende, que diría una amiga. Hoy a las 6:30 estaba en el trabajo, después de haber hecho media hora de pesas. Últimamente es lo que encuentro más efectivo para desperezarme. Es como darle al ON. Mañana es mi último día antes de las vacaciones y quiero irme sin cargos de conciencia para garantizarme una desconexión total. Creo que lo conseguiré. Por lo menos desconectaré del trabajo. De otras cosas, no creo. No creo que pueda. Y no creo que quiera. En breve estás de vuelta. Ya sabes que sí, igual antes de lo que pensaba...

1 comentario:

Yolanda dijo...

Y sigo sin ver ese color naranja que tanto promete....snif. Por cierto, los cafés no descolocan. Eso lo consigue lo que acompaña al café. A no ser que te tomes tres seguidos,claro. Que no puedes ni quieres es algo que ya venía intuyendo. Y en eso no tiene nada que ver la cafeína. Besitos.