viernes, 24 de abril de 2009

Vuelta al trabajo

Un día, muy largo pero un solo día al fin y al cabo, fue suficiente para darme cuenta de que todo lo que me había hecho necesitar unas vacaciones como no recordaba haberlas necesitado antes, seguía allí. Hace tres semanas defendía ante mis jefes la continuidad de gente que me fallaba de manera reiterada en su actitud, porque consideraba que su validez técnica compensaba su invalidez -al menos para mí- como personas. Dos días han colmado mi paciencia. Demasiados detalles que me han hecho sentirme mal. Mal momento para escoger la confrontación. Mal momento para escoger mal a los enemigos. Me he cansado y no me gusta.

Lo peor de todo es que con toda la movida se me ha quedado el día ñoño ñoño. Manda güevos.

2 comentarios:

Yolanda dijo...

Uys, Chayanne.... Pues si que te ha quedado el día ñoño, sí, luego me dices a mí. No le des vueltas a lo que no tiene remedio. Si crees que te equivocaste y ahora debes tomar otro tipo de decisiones, hazlo. Lo importante del trabajo no es sólo hacerlo bien; también es fundamental estar bien. Cuando ambas cosas funcionan todo va sobre ruedas. Y si no me lo dices y voy para allá con la garra de matar osos, que se van a enterar, vamos hombre..... Besitos, cielo.

Juanete dijo...

En tu caso, pongoaDiósportestigo, que es un claro caso de setehansubioalachepa o chepismo nuí,... y es que no se puede ser lobo bueno.

Dasformas que cambien ellos, jolines!