domingo, 5 de octubre de 2008

Tiramisú

Ayer hice una cenita en casa. Nada especial, invite a mis amigos más fieles, esos que han estado a mi lado estos últimos seis meses y que, aunque no se lo diga, son tan importantes para mi. Supongo que para ellos no era más que otra cena, y seguro que pensaban que para mí también. Sí, ya sé que lo estoy explicando en un sitio que probablemente acabarán leyendo, pero en el fondo quiero que lo sepan sin tener que decirlo.

Y por supuesto, tal evento merecía hacer acopio de mis habilidades culinarias, así que saqué toda la artillería y me dispuse a hacer el tiramisú de Yolanda. Éxito seguro. Y la verdad es que me quedó niquelao. Y como mis amigos no me comen nada me ha quedado medio tiramisú para cuando tenga algún bajón de azúcar, es decir, cada día a eso de las 20.00 justo antes del bodypump. Por cierto, que uno de ellos me comentó que no es que no comiesen nada, sino que yo había heredado los genes de mi madre. Y pensar que le pegaba bronca cada vez que invitaba a gente porque me pasaba dos semanas comiendo segundos. No puede ser... ¿cómo me voy a parecer a mi madre en algo que le he recriminado toda la vida?

Para conseguir los ingredientes, me acerqué al super más cercano y compré bizcochos de soletilla (los melindros de siempre, vamos, toda la vida aprendiendo a decir pinícula y ahora le llama flim), nata para montar, muy útil en multitud de ocasiones, sobretodo para cocina (esto tenía que decirlo, he dormido poco y tengo la creatividad a flor de piel), queso para untar tipo Philadelphia (¡Piladelpia, mamá!), cacao en polvo (ni idea de donde se compra, lo cogí de casa de mami) y café. La receta original utiliza claras de huevo para hacer la crema, pero ni tenía huevos (cachondeíto el justo, que seguro que alguno pone algún chascarrillo) ni sé que hacer con cuatro yemas...

La elaboración, de lo más simple. Se monta la nata con la batidora, se añade el queso y se mezcla todo bien. Se pone azúcar hasta que esté dulce, pero no demasiado. Hay que pensar que los bizcochos son muy dulces. Previamente -por cierto, como fastidia leer previamente en una receta, sobretodo si es algo como lo que voy a decir- se ha hecho dos cafeteras y se ha dejado enfriar el café. Si está caliente, los bizcochos pueden deshacerse al emborracharlos. Total, que se busca un recipiente cuadrado y con laterales rectos (tipo bandeja de cristal para el horno, como la de la foto) y se pone una capa de bizcochos, se empapan bien de café, luego una capa de crema y se espolvorea bien con cacao. Hay que hacer dos o tres capas como esta. Con dos queda bien. Para espolvorear el cacao de manera uniforme se puede utilizar un colador y echar el cacao dentro. Al sacudirlo, el cacao cae en forma de polvillo y no queda amontonado.

Pues eso, esto es lo que quedó del resultado:


Con esta, creo que van cuatro veces que lo hago. Y como nadie insistió demasiado, pues lo digo yo: estaba ES-PEC-TA-CU-LAR. Por cierto, el trocito ese que sobra para que quede cuadrado ya no está. Lo que hay que hacer para conseguir la simetría...

5 comentarios:

Yolanda dijo...

Clavadito, es que te sale clavadito. Y qué rico.... Mira que nunca tomo café, a no ser que sea de esos poderosos y potentes, con profundidad y cuerpo denso. De los que ya no sirven en ninguna parte, vamos, aunque conozco un sitio en Salamanca que los borda. Pero este tiramisú me encanta. Tengo una cuñada que echa tambien sobre los bizcochos un poco de Cointreau, pero en mi opinión pierde esencia y no a todo el mundo le gusta el sabor del licor. Haces bien en comerlo antes de tus sesiones de gimnasia porque ya sabes lo que dicen: un segundo en la boca y toda la vida en la lorza.

Tambien ayer por la noche celebramos cenita en casa con los que nos denominamos la "primera generación". Nada de Star Treck ni saludos vulcanianos, aunque creo que nos hemos vuelto tan raritos como ellos: somos la pandilla primigenia, los que nos conocimos en el colegio con 13 años y ahora, ya entrando todos en los 40, parece que nos mantenemos. Aunque, como te dije, me temo que sólo lo parece. Hemos dejado a muchos por el camino y se han añadido otros, pero todo ha cambiado tanto.....Y para colmo no les gusta el tiramisú porque son anti-café manifiestos y declarados, asi que compré una tarta forradita de chocolate bastante sabrosona. En fín, amigos para ésto.
Un día te tengo que pasar la receta de las fajitas, que a las Moreno nos encantan. Tipo mejicano pero a la española, ni pican ni te alteran la úlcera, son ligeras, sanas y se preparan en un pis pas. Nada de acomodarse en la lorza junto al tiramisú.

Duerme bien y sueña con almohadas de plumas y jardines tibios de sol, que las noches del domingo al lunes a veces parece que son como el paso a otro mundo. Que la semana te sea propicia y los hados te sonrían.

lucalvago dijo...

¿Fajitas a la española? Me has dejado con la miel en los labios... Bueno, ya me pasarás la receta, que seguro que triunfa como el tiramisú :-)

Un besazo, guapa... ¡Y que tengas una semana por lo menos el doble de buena de la que me deseas a mi!

Me voy a dormir, pero antes creo que haré una visita a la nevera. No sé, la veo muy llena después de lo que compré para la cena de ayer (¿o debería decir anteayer?) y hay que vaciarla como sea. Creo que empezaré por el tiramisú, que ocupa mucho...

Anónimo dijo...

Si te queda algo de Tiramisú traetelo el viernes al trabajo a ver si pillo...
Un abrazo.

Unknown dijo...

Tú lo que necesitas urgentemente es una "aventura italiana"!!! Curioseando por ahí me ha tentado tu "tiramisú", ya sé que és antigua la entrada...ya!, pero aunque sea muy buena tu receta....donde se ha visto un tiramisú sin queso mascarpone!!! lo dicho, necesitas que una italiana te haga un "buen tiramisú" y te explique lo que significa la palabra: ..."tira-mi-sú" ...ya me contarás...
A mi la receta me la dieron en el sur de Italia y todos dicen que és espectacular...ya sabes!!!

lucalvago dijo...

Tienes razón: una italiana necesito yo. Sin duda. Urgentemente además. De lo que se entera uno...