lunes, 30 de noviembre de 2009

Zuuuuuuuuuuuuum

Ha sido uno de esos fines de semana que te dejan muy buen sabor de boca pero pasan como una exhalación. El viernes por la tarde salí pronto del trabajo y fui a revisar la bici plegable y, mientras me la miraban, compré una mochila para llevar el portátil, que se cuelga en la parte trasera del sillín, y una funda para protegerlo. Por la noche, cafetito terapéutico y cena con los de Castefa. El sábado por la mañana volví a coger la bici de montaña con los Lalalá después de mucho tiempo y me encontré muy bien con ella, incluso sobrado de fuerzas en algún momento. Por la tarde hice una horita de bodypump subiendo peso. Ya vuelvo a bombear con todos los discos que tengo y parece que el lumbago quedó atrás definitivamente. Por la noche fui al cine a ver Celda 211, que me gustó mucho, y a cenar. Y después otro cafetito (creo que empiezo a tener un problema) y otra de esas charlas tan gratificantes. ¿Será por la charla o por la compañía? Ayer en casita, aprovechando una tarde de domingo lluviosa como mejor se aprovechan: viendo una buena película acurrucado en el sofá y tapado hasta las orejas con una mantita. Se ve que jugaban el Barça y el Madrid... ¿Cómo puedes no ver un partido así? Igual no me gusta el fútbol tanto como a ti. O igual tenía cosas mejores que hacer que ver a veintidos tíos corriendo detrás de una pelotita. Por cierto, el portátil ni tocarlo...

1 comentario:

Yolanda dijo...

Y lo a gusto que estás, lo relajadito que te quedas y lo que cunden las horas aunque parezca que vuelen. Calidad y cantidad, para eso están los fines de semana. ¿A que sí?