jueves, 20 de noviembre de 2008

Sólo una vez

Escoger es renunciar. No se puede apostar a una opción y a la contraria. Y no puedes esperar que tu apuesta no tenga consecuencias. Es una lección que aprendí hace no demasiado tiempo y que, aunque parezca muy evidente, mucha gente no asume.

El tiempo pone a todo el mundo en su sitio. Lástima, esta vez juzgue mal. No pensaba que este fuera tu sitio. Como me molesta tener que admitir que me equivoqué contigo...

Ni perdono ni olvido. Una vieja amiga decía que era rencoroso. No, no es rencor, ni venganza. Llámale supervivencia, o defensa propia, o protección, o coraza... O no le llames de ninguna manera: el nombre es lo de menos. Lo único que tengo claro es que una, y sólo una, vez.

Y me afecta. No puedo evitarlo. Malditos fantasmas... A veces no me entiendo ni yo mismo.

No hay comentarios: