miércoles, 25 de noviembre de 2009

Sorpresa

Reconozco que no estoy acostumbrado y, cuando la gente actúa como yo espero que actúe, me emociono.

Hoy, volviendo de una reunión, me he encontrado con la tía de una ex mía (o debería decir "con la tía de mi ex", porque ha sido la que más me ha aguantado) y hemos estado hablando unos minutillos. "Te echamos de menos", ha dicho con los ojos llenos de lágrimas, "siento lo de tu padre". He llegado a la oficina aún con la impresión de que había perdido mucho al dejar de ver a esta mujer y con esa sensación ambigua entre la tristeza y la alegría. Ahora me sabe mal no haberle demostrado en su momento lo que intenté demostrar a otros que esperaban más y merecían mucho menos.

Ayer había quedado y el amigo Murphy hizo que todos los planetas se alineasen para que no pudiese salir a la hora. La avisé. "No te preocupes, te espero mirando tiendas", me contestó. Y, a los cinco minutos, un mensajito. "Espera, ¿quieres que me acerque a L'Illa yo?". Sí, ya sé que es lo que debería ser pero no es lo que ha sido. Y me sorprende.

1 comentario:

Yolanda dijo...

Es verdad, resulta casi increíble que estas cosas pasen. Y aún es más increíble la sensación que dejan. Como si por fín fueses consciente de que eres importante para alguien, de que importa lo que sientes y lo que quieres, de que has dejado una huella, una memoria, un recuerdo. Menudo subidón de autoestima.