jueves, 4 de junio de 2009

Murphy

y su puñetera manía de hacer que se alineen los planetas el día más inoportuno. Después de una jornada laboral horrible y de salir del trabajo corriendo para intentar compensarlo a base de intravenosas emocionales, se me estropea el coche en medio de la Ronda Litoral. No importa lo malo que haya sido el día. Siempre puede ser peor. De todas formas, hacía tiempo que un inconveniente material no me molestaba tanto. Igual no ha sido tan material como yo pensaba. Lo que está claro, es que necesito otro coche. Un A3 a ser posible. Si empieza por A tiene que ser bueno, ¿no?

1 comentario:

Yolanda dijo...

Ajá. Por eso lo del A3. La letrita. Que se me haya pasado a mí este detalle clama al cielo. Debo estar espesita. Efectivamente, lo malo no es la avería en sí, sino lo que la avería no te deja hacer. El cabreo es comprensible y hasta disculparía las patadas furiosas a la rueda delantera. Cómprate otro coche ya mismo. Estas pequeñas decepciones no pueden volver a repetirse. Besitos.