jueves, 23 de julio de 2009

Beeeeeee

Hoy me he dejado las llaves de casa en el trabajo. Dita sea. Me he dado cuenta justo cuando iba a abrir la puerta de casa. He tenido que volver, con la duda de si se me habían caído en el autobús, pero por suerte estaban allí. Luego, con el entendimiento enturbiado por las prisas del que llega tarde, he cometido el error de meterme en la ronda en hora punta y luego intentar conectar con la autopista. Dos horas para hacer treinta quilómetros. Sin exagerar: dos horas de reloj. Todos en el coche, como borreguitos, uno detrás de otro. No entiendo cómo la gente soporta perder dos horas diarias de su vida, si yo me pongo frenético perdiéndolas sólo dos veces al año. Si llego a tener un Kalashnikov la armo. He acabado llegando a la hora a la que tendría que volver a casa, pero tras un ligero cambio de planes, el día se ha medioarreglado. A mi es que se me contenta con nada: es lo que tiene ser tan básico... Sólo un día.

1 comentario:

Yolanda dijo...

Hay una peli que se llama "Un día de furia", en la que un empleado cabreado pasa, en una parte de la peli, por una situación similar. No recuerdo si se lía a tiros o si usa un bate y todo había empezado porque en el burguer de la esquina no le habían dado una hamburguesa a su gusto. Para que veas. Con lo bien que funciona el transporte público y la gente empeñada en formar rebaños con el "Carrusel Deportivo" a toda leche en la radio. Así vamos. Que entre el atasco, que si Ronaldo, que si el Ibrahimovich o como porras se llame, que si Alonso se ha vuelto a retirar.... desquiciaditos perdidos.

Paciencia y calma, Luis, paciencia y calma. Besitos, rey.