viernes, 10 de julio de 2009

Mirarse el ombligo

El egoísmo es uno de los defecto, porque indudablemente lo es, que más detesto. Supongo que es precisamente por eso por lo que soy un imán para los egoístas y varios de mis amigos lo son. ¿Cómo identificar a un egoísta? Fácil: su rasgo más distintivo es su discurso en primera persona. Yo, yo, yo y después... yo.

"Pues si son tan fáciles de identificar, evítalos y ya está, ¿no?", diréis. Pues no. Al final los amigos no los escoges. Podemos jugar a que sí los escoges, pero no sería más que un ejercicio de utopía reconfortante y autocomplaciente. No te engañes: tus amigos no tienen nada de especial. Bueno, miento. Tienen una cosa especial: te cayeron bien en el momento en que vuestras vidas se cruzaron y desde entonces les toleras todos esos pequeños detalles que te sacan de quicio en otras personas. Además, ellos tampoco te escogieron a ti y cargan con el plasta respondón sin rechistar.

El problema viene después, cuando empiezas a no tolerarlos y empiezan a desquiciarte como el resto de los mortales. Vale, reconozco que soy un poco radical con los amigos, pero no más radical que generoso. Exijo pero doy. ¿Y qué pasa cuando empiezas a tener la sensación de que das, das, das y no recibes nada a cambio?

3 comentarios:

Juanete dijo...

El afectado aparece por la izquierda con una calavera en la mano izquierda y la derecha en la frente a modo de palmito:
- Oh!. Ser o no ser?.
(pausa para mirar alrededor y subirse la cremallera braguetil)
- Lucalvago me ha desdeñado públicamente en su blog!. No puedo permancer impasible. Ser o no ser?
(suspiros hipotecarios)
- Esto no quedará así. Que elija padrinos!

Juanete,... ofcors.

Anónimo dijo...

¿Que te he desdeñado públicamente? Como diría el amigo de una amiga mía, en una frase absolutamente memorable, Dios me libre de eruditos y llorones... ;P

Yolanda dijo...

Ertomi dixit. ¿Que qué puedes hacer? Buf, difícil cuestión. Creo que con los años vamos tolerando menos cosas, por muy de nuestros amigos que sean. Sabes que te lo digo por experiencia. La solución sería quedarnos sólo con lo bueno y desdeñar lo que nos molesta, pero acabamos viendo los fallos en tecnicolor, lo que provoca cierta jaqueca... sí, y mala milk también.

Siempre podemos fundar un club. O prestarnos nuestros hombros respectivos. Por lo menos tendremos un apoyo confortable, aunque separado por el puente aereo.

Besitos, rey.